sábado, 19 de marzo de 2011

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domingo, 13 de marzo de 2011

TIEMPO DE CUARESMA


TIEMPO DE CUARESMA
Miércoles de cenizas, comienza la cuaresma, tiempo litúrgico, de conversión,  de arrepentimiento, de cambio, de ser mejores, de acercamiento a Cristo.
Nuestro amado Jesús, nos hace una invitación, cambiar de vida. Esta vida es temporal, entonces, ¿porque no ser como Dios quiere que seamos? Nuestro Padre tiene un gran ideal, que todos sus hijos sean como Jesucristo, que seamos hombres buenos, generosos, caritativos, amorosos con todos nuestros hermanos.
Todos somos pecadores, somos fáciles de tentarnos, se nos hace difícil caminar hacia la santidad, pero debemos estar atentos, porque el pecado nos aleja de Dios. Pero el Señor nos regala este tiempo, de perdón, de reconciliación, de penitencia. Por tanto, tenemos que saber aprovechar bien estos cuarenta días, limpiando nuestro corazón, expulsando de nosotros las odiosidades, los rencores, las envidias, es decir todo lo que se opone a nuestro amor al Dios Padre, nuestro amor al Dios Hijo, a nuestros propios hermanos.
Nuestra Iglesia nos invita a vivir una cuaresma en el amor de Jesús, orando, escuchando la Palabra de Dios y meditándola, participando activamente de cada una de las celebraciones de este tiempo.  La Iglesia nos guía en la finalidad de la Cuaresma y nos invita a participar en la preparación a la Pascua, en el camino hacia la Pascua.
Hoy con la imposición de las cenizas, iniciamos una etapa espiritual muy especial e importante para nosotros como cristianos,   nos preparamos de la forma más digna posible para vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
Polvo somos  y en polvo nos convertiremos, solo Dios sabe cuando. La imposición de las cenizas nos lo recuerda, principio y fin, alfa y omega, de nuestra vida, estamos de paso. Entonces mientras estemos, hagamos una vida recta, sana, solidaria. Por ello, en esta cuaresma, hagamos un compromiso, ser mejores y hacer obras buenas. Mucha gente esta esperanzada con sus hermanos cristianos, no los defraudemos, demos alegría a los que viven acompañado de la amargura, demos esperanza a los que parecen desfallecer, oremos por los enfermos, ayudemos al que necesita, las actitudes cristianas nos ayudarán a parecernos más a Jesús.
Nuestra conversión, nuestra penitencia, nuestras buenas obras de este tiempo litúrgico, serán una hermosa adhesión a Jesucristo.
El Señor les Bendiga
UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA CUARESMA 2011

sábado, 26 de febrero de 2011

Libros para catequsis


Ya se encuentra el la Oficina Parroquial (Cairo) los libros de la catequesis de niños, confirmación y para la realizacion del sacramento del bautismo.
Todos con un costo de ¢2500ºº







 

Orario de Oficina

De Martes a Sabados de 8am a 12md.
Para atención de guía espiritual ó consejería, con cita previa.
Ofi. Edwin Ramírez Zúñiga
2765-5373


Prbro. Rogelio Villalobos Villalobos

Santa Teresita del Niño Jesús

María Francisca Teresa Martín Guerin nace en Alenço en la provincia de Normandía al noroccidente de Francia el 2 de enero de 1873. Era la menor de sus hermanos.
Cuando contaba 14 años sintió el deseo de convertirse en religiosa. Tuvo muchos inconvenientes para su entrada al convento esto llevo a Don Martín y Teresa a conversar con el Padre superior quien también se negó, de ahí con el Sr. Obispo que tampoco aceptó y deciden ir a hablar con el Sumo Pontífice a Roma, para aquel entonces León XIII, quien le recomendó obedecer las instrucciones de los superiores[cita requerida].
Finalmente luego de la intervención de la madre superiora, la insistencia de Teresa el día 9 de abril de 1888 es recibida por fin en el Monasterio del Carmelo.
El nombre Teresa del Niño Jesús fue elegido por la superiora del Carmelo de Lisieux, la madre Gonzaga, quien en un momento de enfermedad de Teresa le envió un mensaje de aliento, en ese mensaje le trata así: "...mi hijita Teresita del Niño Jesús".[cita requerida]
En su vida dio gran valor a la oración y a los pequeños actos. Sufrió la prueba de la fe desde el 5 de abril de 1896, hasta su muerte, tras unos meses de terribles padecimientos. Sus últimas palabras fueron: "Oh, le amo...", mirando a su crucifijo; y un instante después: "¡Dios mío... os amo!"[cita requerida].


El centro de su espiritualidad fue la misericordia o amor de Dios. Por encima de todo enfatiza siempre la misericordia divina, ante la cual confía y nada hay que temer. Ante todo, Dios es Padre; y Jesús es su Hijo misericordioso. Escribió: "¡Oh Jesús!... estoy segura de que, si por un imposible, encontraras un alma más débil, más pequeña que la mía, te complacerías en colmarla de favores más grandes aun, si ella se abandona con entera confianza a tu misericordia infinita." (manuscrito "B").
En una carta escrita el 17 de septiembre de 1896 a su hermana escribe la frase que resume el mensaje e ideario de Teresa, sus ideas y pensamientos más arraigados, el motor de su existencia: "La confianza, y nada más que la confianza, es la que debe conducirnos al amor (de Dios)". Se ha vinculado su espiritualidad con la de santa contemporánea Faustina Kowalska (devoción a la Divina Misericordia).[cita requerida]
Su doctrina habla de que Dios está en todas partes y de que son los sencillos actos, hechos con amor, el camino hacia la santificación: «La santidad no consiste en ésta o la otra práctica, sino en una disposición del corazón que nos hace humildes y pequeños entre los brazos de Dios, conscientes de nuestra flaqueza y confiados hasta la audacia en su bondad de Padre.»[cita requerida]